Aquella noche fuimos a informarnos sobre los paseos al páramo de Ocetá a la oficina de turismo de la Alcaldía. El señor encargado, con un bigote negro más tupido y largo que el mío, se entusiasmó tanto con nosotras que: 1. Me permitió subir -incluso sin que mi mamá se lo pidiera- al páramo, siempre y cuando llevara correa en el punto en que habitualmente se ubican los venaditos y 2. Me invitó a echarme bajo su mesa mientras la invitaba a tomar una cerveza… que mi mamá cambió por una gaseosa.
Tras una larga noche sin pegar ojo pesando en Naomi, la diosa de ébano, a la mañana siguiente encaminamos nuestros primeros pasos hacia la veterinaria del pueblo.
-¿Usted va con Linda a Monguí?-.
Así nos saludó el conductor que nos esperó, al vernos correr con la lengua fuera tras él, a la salida del terminal de Sogamoso.
Mi mamá casi se cae de espaldas, menos mal que llevaba su morral para amortiguar.
Sogamoso en una ciudad particularmente vanguardista en la que los perros podemos entrar en todas partes, a diferencia de las bicicletas.
Sólo nos costó dos intentos salir de Bogotá en el bus de Libertadores destino Duitama y eso que me empeñé en subirme a los asientos justo en el momento en que el ayudante pasaba contando los pasajeros.
Por suerte mi mamá no me dejó… De otro modo no estaría ahora contándote mis espeluznantes aventuras por Boyacá.
"Es un orgullo para todo maestro que su alumno le supere. Si no, no es maestro"
(Kung Fu Panda)
Te presento a mi amigo Jager:
Esta Semana Santa en que se cumplía un año desde que mi papá Steven se fuera de viaje para siempre, la pasé arrunchada con mi mamá en la cama lamiéndole la cara.
También fuimos a escalar por los alrededores de Bogotá.
A Alexa Rodriguez y su amorosa familia
Entonces, un buen día, nuestras compañeras de aventuras Alia y Serap se fueron.
Al otro día se fue el resto de turistas.
También mi mamá y yo tomamos una embarcación para regresar a participar, aunque fuera desde la grada, en las Olimpiadas indígenas; en el Festival de Murga, Baile y Cuento de Puerto Nariño, y en la parranda vallenata que nos acompañó cada noche mientras permanecimos allá.
Estuve muy ocupada montando una superproducción con las imágenes más escalofriantes de mi aventura amazónica. Agárrate bien fuerte y...