Mi papá siempre decía –Linda, tienes que escribir un libro-. Cada vez que venía a nuestra casa y me consentía, botado en el piso, mientras escuchaba el último y aún más increíble concepto veterinario de los labios de mi mamá: –Linda, ¡tienes que escribir un libro!-. Cada vez que ella le relataba algún nuevo episodio de nuestras apasionantes vidas repetía, muerto de la risa –Señorita Guacharaca ¿para cuándo su libro?-.

Mientras el decagenario conocido, hace escasas semanas, como “El karma de Monguí” se recupera de la indolencia humana en una exclusiva clínica del norte de la capital colombiana, su rescatista -la escritora, productora cinematográfica, actriz y modelo Linda Guacharaca- revela, en multitudinaria rueda de prensa a orillas Mediterráneo, todo lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar sobre este nuevo escalofriante caso de supervivencia animal.

Hoy es un día muy especial para nosotras: celebramos los tres años de la llegada a Bogotá con mi mamá y mi papá Steven desde mi gasolinera llanera; tres años desde que ella decidiera hacer caso omiso a la recomendación de mi primer veterinario de “salir del problema tan grande en el que se metió con una rápida inyección”.

Es por eso que tienes el placer de conocerme y de verme aquí hoy frente a tu hocico.

Cuando te preguntan "¿qué hiciste la última semana?", uno normalmente contesta: vi amigos en el parque, vigilé la casa mientras mi familia se ganaba el concentrado, salí de caminata el domingo, comí crispetas con mis papás en el sofá...

En mi caso, no sé si por suerte o por desgracia, la respuesta rara vez es esa. Primero, porque a mi mamá nunca se le pasaría por la cabeza darme crispetas, ya que siempre las quiere todas para ella; y segundo, porque mi vida es como una montaña rusa, no apta para cardiacos.

A Giovanny Hincapié, por la imagen final

Mis días en el anonimato están contados.

Y tú dirás… ¡Pero si es la perra con el blog más leído sobre la faz de la tierra! Y seguramente tengas razón, pero eso no es nada comparado con la avalancha de popularidad, vino y rosas que se avecina….

Resulta que dos cazatalentos descubrieron mis escritos.

Querid@s amig@s y fans, estamos a punto de irnos a España por un par de meses y, en estos momentos de reflexión sobre lo que ocurrió en este tiempo, de ausencia, de tristeza, de alegría por los proyectos iniciados, y de agradecimiento por las bellísimas personas...