Se busca castillo amoroso

La cabeza de mi mamá está en plena ebullición y el teléfono no para de sonar. Tenemos tantas ideas para hacer llegar mi mensaje «La vida es Linda» que no sabemos por dónde empezar. Lo que sí es claro es que viajaremos mucho y tendremos una agenda bien apretada y que este año necesitamos toda nuestra energía, movilidad y atención para nuestro proyecto… ¡Y para los viajes que tanto nos gustan!

… ¡Además mi mamá está pensando en que nos vayamos a vivir a otra ciudad!
Nuestro trasteo número 19 en cuatro años… ¡¡¡Guauuuuuuuuuuuuuuu!!!
img_5322
img_5333-2
Cuando le contamos los planes a Monguí el día de la ascensión a su primera montaña nos miró con cara de no entender bien qué le estábamos ladrando. Horas más tarde, a nuestra llegada a Bogotá, se dirigió derecho a la puerta de su clínica veterinaria, halando de la correa, declarando abiertamente que él no pensaba seguirnos la cuerda a «ese par de adolescentes».
Él es más tranquilo. Él adora sus rutinas…
También es aún más bacán de lo que era de esperar con una vida llena de hambre, palos e indolencia al lomo.
Exactamente igual que yo.
Es una característica de los perros de pura raza criolla, descendientes de los canes precolombinos: si nos dejaran participar nos ganaríamos el Premio Nobel a la inteligencia, a la supervivencia y a la nobleza. Por eso, en nuestros paseos los fines de semana nos sigue feliz, sin correa, pegado a los tobillos de mi mamá. Sin embargo, después de lo que para él son proezas, está ansioso por descansar por un día entero y perder de vista a «la chica de las bolsas de pan», que le pone a hacer cosas tan raras como montar en un carro diferente cada día y dormir en sitios desconocidos… Hasta el fin de semana siguiente, cuando la recibe loco de contento, porque es casi tan consentido como yo y le encanta que ella juegue con él en el piso, lo abrace y le rasque la barriga.
Como un bombillo, por ser todo tan nuevo. pero respetando el sueño de mi mamá en todo momento, él es todo un caballero.

En nuestro castillo, como un bombillo, por ser todo tan nuevo, pero respetando el sueño de mi mamá en todo momento. Él es todo un caballero.

 Después de meses de recuperación, su estado de salud es mejor de lo que nadie, al verlo, hubiera llegado a soñar: tiene un pelaje espectacular, ya no toma medicación y está perfectamente listo para abandonar la clínica y reincorporarse a la vida civil. Por ese motivo dedicaremos este mes de febrero a encontrar un castillo para mi querido amigo, en el que pueda acompañar y hacer las delicias de una familia algo más estable y tranquila que la nuestra.
¡Comienza la campaña #UnCastilloParaMonguí!
Screen Shot 2016-05-18 at 10.43.48
¿Te atreves a echarnos una pata en esta nueva aventura?
Le enseñé a montar en carro... ¡Es tan bacán que aprendió a toda velocidad!

Le enseñé a montar en carro… ¡Es tan bacán que aprendió a toda velocidad!

3 Comentarios
  • Sol Lilián Pérez Gil
    Publicado en 14:32h, 02 febrero Responder

    Increíble transformación de Monguí, Linda, tu y tu mami ya se ganaron una «parcelita» en el cielo. Son el dúo dinámico !!

    • Linda Guacharaca
      Publicado en 18:11h, 02 febrero Responder

      Sí, nosotras la parcelita en el cielo ¡y Monguí en su castillo! 😀 Muchas gracias por tus ladridos, Sol. Te mando un graaaan lametón 😛

  • Mary y Lorenza
    Publicado en 19:46h, 02 febrero Responder

    Conocí personalmente a Mongui.Es muy tierno, tranquilo y amoroso ..Linda y mami .buena energía para que Mongui consiga un lindo hogar??

Publicar un comentario