Se vale soñar

Y la profesora Gloria ladraba esto:

– Buenos días, Yamila. Disculpa la molestia ¿Tú podrías decirle a Linda que mire su correo? Varios de mis estudiantes del aula de apoyo le escribieron y llevan días preguntándome cada cinco minutos que cuándo responde. Yo ya les dije que es una estrella con una vida muy ocupada, pero no creo que pueda resistir mucho más tiempo la situación.

En sus correos los cachorros me ladraban cuáles eran sus platos o sus juegos favoritos, me presentaban a los miembros de su familia de 2 y 4 patas y, al igual que Camilo, todos querían rascarme la barriga en Apartadó. Yo sé bien la ansiedad que se siente cuando tu mamá desaparece en el baño del restaurante y tienes apenas dos minutos para conseguir que los vecinos de mesa te regalen un pedazo de sobrebarriga, así que de inmediato me puse patas a la obra para contestar: uno de mis platos favoritos también son los espaguetis, prefiero correr detrás de un palo o de una iguana que mirar videojuegos y, por supuesto, me interesaría mucho olfatear todas las esquinas de su colegio, particularmente la cocina.

Entonces los cachorros montaron un Club de lectura y propusieron llevar al teatro mi perrografía.

El casting masculino estuvo tan duro como un hueso de canilla: todos los niños querían ser mi papá Steven. En cuanto a las niñas, su entrenadora Gloria tuvo que intervenir ante la idea de cortarse el pelo para hacer el papel de mi mamá. Hubo grandes debates acerca de cómo confeccionar el atuendo de Linda Guacharaca, es decir, yo. Es decir, para que te enteres bien, la protagonista principal.

Luego llegó la idea de presentar la espeluznante historia de mi vida a los 700 cachorros del colegio, la de participar en el certamen de teatro y la de desfilar en una carroza -aún no sé si por el colegio o por el centro de Apartadó-, junto con mi mamá y junto con otros compañeros criollos descendientes de canes precolombinos. El objetivo: dejar tan claro como un aullido a la luna que, si aún no son famosos autores de bestseller es porque aún no encontraron un humano con el que formar un equipo excepcional.

Obvio no podíamos perdernos el evento y entonces llegó la invitación oficial.

Será nuestro primer viaje en el Guacharacamóvil aunque, para garantizar nuestra llegada sanas, salvas y, sobre todo, a tiempo, en esta ocasión no manejará mi mamá.

De camino a la frontera con Panamá visitaremos a los fans de Medellín con los que no pude corretear a principio de año por mi lesión en la almohadilla (la cita es el sábado 26 de mayo de 1 a 3 pm frente al Museo de Arte Moderno –MAMM-, en Ciudad del Río). Después de batirle la cola a todos los cachorros del Colegio y de participar en un ladratorio con un grupo de escritores de la región, iré una semana a revolcarme en la playa con los compañeros costeños y a defender el pareo de mi mamá antes de corretear conejos por dos meses en el naranjal de mis abuelitos, al otro lado del Océano Altántico.

La vida es Linda, así tu mamá no te de bocado a la mesa y tengas las patas torcidas.

Los sueños, como este de visitar a los cachorros de Apartadó, se hacen realidad: solo necesitas creer en ellos, tener fuerza de voluntad para perseguirlos con la pata suelta al viento y lengua fuera, así parezcan imposibles de alcanzar.

¿No te lo crees?

 

2 Comentarios
  • Aramis Isaac osorio anzola
    Publicado en 08:55h, 06 abril Responder

    Hola linda guacharaca puedes ir a mi colegio la dirección es escuela distrital usaquen calle 127 carrera 9 en el norte de Bogotá Chao por favor ve a mi colegio 😜

  • Melissa aranda
    Publicado en 00:08h, 08 septiembre Responder

    Holaaa, vivo en Colombia específicamente en Medellín, y tengo una duda y es que yo tengo una mascota, ya tiene 11 años conmigo y quisiera viajar a España y quisiera saber que tan factible es que em viajebencuanto a que al invierno allá en España, me preocupa que no se adapte a las condiciones climáticas del lugar

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